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ECUALANZA MOTOR´S
FRENOS
EL sistema que
permite mover un automóvil es el motor, la proporción de gasolina en la mezcla
de carburante motiva la mayor aceleración del motor y la transmisión lleva el
movimiento del motor a las ruedas. Queda por ver el modo de detener un
automóvil en marcha. En principio, podría pensarse que cerrando la entrada de
mezcla en el motor podría pararse éste; en efecto, cortando los gases se
produce un freno importante en el movimiento de un automóvil, pero ni mucho
menos suficiente para inmovilizarlo completamente, ni en el punto o momento
deseado.
Existen dos
sistemas de frenos de fricción: de tambor y de disco. Los primeros funcionan
por “expansión” de dos elementos de fricción (“forros” o “ferodos”) sobre la
cara interna de un cilindro sólidamente unido a las llantas de las ruedas. En
el segundo caso, los frenos de disco funcionan por el “aprisionamiento” que
realizan dos elementos de fricción (“pastillas”) a un disco metálico unido
también a las ruedas o a cualquier otra parte móvil, como los semiejes. En la
actualidad se utiliza casi general mente el sistema mixto disco tambor, aplicado
cada uno de ellos sobre un eje: normalmente, el disco en el eje delantero y el
tambor en los traseros; únicamente los coches de elevadas prestaciones utilizan
discos en las cuatro ruedas. El disco tiene un funcionamiento más progresivo y
refrigera mejor; el tambor es de acción más violenta y se calienta más. En una
gran mayoría de automóviles, para ayudar al conductor, se instala un “servofreno”, que permite con un mínimo
esfuerzo aplicar a los sistemas de frenado la misma fuerza que se conseguiría
aplicando al pedal tres o cuatro veces la fuerza similar. No se trata, pues, de
un aparato que mejore la frenada, sino de un sistema que reduce el esfuerzo a
aplicar en el pedal para lograr el mismo resultado o que, expuesto de otro
modo, multiplica la fuerza con que se pisa el pedal.
También todos
los automóviles incorporan un freno de estacionamiento (llamado freno de mano
porque se acciona por medio de una palanca en lugar del pie), que inmoviliza al
automóvil una vez detenido; generalmente actúa sobre un único eje, normal mente
el trasero.
El pedal que
acciona el sistema de frenos es el central de los tres pedales del coche, o el izquierdo en
los automóviles de cambio automático; se acciona con el pie derecho y cuando se
pisa, por medio de un sistema hidráulico, las pastillas aprisionan fuertemente
el disco de las ruedas, que inmediatamente reduce la velocidad de giro y, por
tanto, la velocidad del automóvil; a la vez, por el mismo circuito hidráulico o
por un circuito paralelo, las zapatas traseras presionan sobre las paredes del
tambor, produciendo el mismo efecto que sobre el eje delantero. El circuito
hidráulico se instala en paralelo, o lo que es lo mismo, existe un doble
circuito de frenos; esto no obedece a otras razones que las de seguridad, ya
que si falla cualquier conducción, nos quedaríamos inmediatamente sin frenos.
Con la instalación de doble circuito, siempre quedaría un eje frenante y podría
detenerse el vehículo. La doble instalación es obligatoria por ley en la
mayoría de los países.
Cuando frenamos
se produce un fenómeno digno de tener en cuenta: el peso del automóvil se
desplaza hacia delante por inercia: se produce una “transferencia de masas”. Si
un automóvil en reposo tiene el 50 por 100 de su peso repartido sobre cada eje,
al frenar, sobre el eje delantero se transfiere el 70 por 100 del peso, y sobre
el trasero, el 30 por 100. Por este fenómeno, se necesita una dosificación de
la frenada muy cuidadosa, ya que normalmente el tren trasero tiende a “¿blocarse”
y el delantero a perder eficacia de frenada. Para evitar en parte este sistema,
se utiliza un dosificador del es fuerzo de frenada, que se consigue con el
“regulador” de frenada, que actúa en función del peso. En los momentos
actuales, este tema es precisamente uno de los más estudiados para lograr una
eficacia total, y ya circulan los primeros prototipos de auto móviles
“antibloqueo”, que no tardarán en popularizarse y alcanzar las series de los automóviles
convencionales.
Hemos visto cómo
el material de fricción (pastillas o forros) eran en última instancia los
encargados, por rozamiento, de detener un automóvil. Estos elementos son de
vital importancia, porque de ellos depende la calidad de la frenada.
Generalmente están fabricados con fibras de amianto, virutas metálicas y
resinas sintéticas. Los hay de varios grados de dureza: cuanto mayor dureza,
mejor frenada, pero desgastan los discos y tambores y, sobre todo, precisan de
una temperatura de funcionamiento elevada: los frenos fríos apenas frenan. Por
el contrario, unas pastillas o forros blandos, frenan bien en frió, pero son
muy sensibles a las altas temperaturas, perdiendo eficacia cuando se utilizan
muy seguidos, a la vez que se des gastan rápidamente. Hay que buscar, pues, un
compromiso entre pastillas duras y blandas para lograr un buen frenado tanto en
frío como en caliente, sin que se desgasten los discos y tambores y sin que sea
necesario cambiar el forro o la pastilla muy a me nudo. Un difícil compromiso
que, afortunadamente, hoy está prácticamente resuelto por los fabricantes, que
ya equipan sus automóviles, cuando salen de fábrica, con los materiales más
apropiados, aunque, como siempre, interviene el factor precio, y siempre
podemos ir a una mejor calidad de pastilla o forro pagando un poco más de dinero,
pero eso sí: aconsejándonos antes por un experto, porque no siempre son mejores
unas pastillas si el estilo de conducir es distinto al tipificado para ese
material.
ELEMENTOS DE LOS FRENOS
LÍQUIDO DE
FRENOS. Como en todos los
circuitos hidráulicos, se trata de un elemento líquido prácticamente incompresible,
para transmitir y multiplicar el esfuerzo sobre el pedal. Debido al
calentamiento del material de fricción, el líquido de frenos tiene una
composición química que impide la evaporación a elevadas temperaturas. Es
importantísimo no mezclar tipos o marcas diferentes, pues se altera esta
composición y puede llegar a descender el punto de ebullición, por lo que los
frenos perderían eficacia.
CONDUCCIONES. También llamados “latiguillos”, permiten la circulación del liquido
de frenos a fuertes presiones. Deben ser vigilados con frecuencia para evitar
fugas, y cambiados en los automóviles con más de diez años de antigüedad o que
se aprecie desgaste. En las ruedas no directrices, estas conducciones pueden
ser metálicas (tubería de cobre), mientras que en las directrices es necesario
que las conducciones sean flexibles.
Repartidor de frenada.
Pequeño componente
del sistema hidráulico que permite enviar a cada eje (delantero o trasero) el
es fuerzo necesario, que es muy superior en el eje delantero y poco menos que
simbólico en el trasero. Normalmente, el repartidor de frenada dosifica el
esfuerzo en función de la carga del vehículo, a la vez que “deriva” el segundo
circuito, de instalación obligada por razones de seguridad, ya que en caso de
rotura de una conducción, siempre queda un eje totalmente frenante.
Bomba de freno.
Instalada en
cada rue da, también llamada “bombín”, actúa sobre las zapatas o “pastillas”,
aplicando sobre ellas todo el esfuerzo frenante, multiplicado por el principio
de funcionamiento hidráulico. A menudo, en vehículos que exijan unos frenos de
gran efectividad, se instala un doble bombín en cada rueda. Lleva unos retenes
de goma que con el tiempo se vuelven rígidos y hacen perder pequeñas cantidades
de líquido de frenos, por lo que los retenes, y en general los bombines, deben
ser revisa dos cada vez que se cambien las pastillas o los forros.
Material de fricción.
Son, en última
instancia, los encargados de detener al auto móvil por medio del rozamiento
contra el elemento móvil: ya sea disco (en cuyo caso el elemento de fricción es
la pastilla) o tambor (que supone la existencia de forros). Están fabricados en
fibras de amianto y virutas metálicas, para soportar el calor sin perder sus
cualidades de rozamiento. El material propiamente friccionante va sujeto por
remaches a unos soportes metálicos que normalmente también se cambian cuando se
desgasta la pastilla o el forro. Es una tendencia actual montar un terminal
eléctrico para avisar el desgaste en el cuadro de instrumentos.
Servofreno.
Elemento auxiliar que permite ejercer sobre
el pedal de freno menos esfuerzo que el requerido normalmente para lograr el
efecto frenante. En los automóviles de turismo es frecuente la instalación de
servofreno por depresión, por lo que el es fuerzo es menor a mayor velocidad
del coche: ello motiva el que en los automóviles equipados con este sistema,
cuando cortamos el contacto (motor parado), deje de proporcionar la ayuda al
pedal, por lo que, aunque no nos quedemos sin frenos, sí se vuelve mucho más
duro el pedal; el mismo fenómeno ocurre en los servos eléctricos al cortar el
sistema eléctrico del automóvil.
FRENOS ABS
Fue diseñado para ayudar al conductor a mantener cierta capacidad de dirección y evitar el arrastre durante el frenado.
Con el sistema ABS se impide que ninguna de las 4 ruedas patine, lo que permite dirigir el vehículo y seguir manteniendo el frenado (frenar y dirigir al mismo tiempo).
ACEITE
AUTOS
AYUDA.
Carro
CHERVOLET MANTENIMIENTO
FISICA
freno
FRENOS
FRICCION
GASOLINA
LLANTAS
PRESION
REPARACIÓN
Ubicación:
Quito, Ecuador
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