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se llama “peso suspendido” al que no está unido estructuralmente al chasis. La
relación entre el peso total y el peso suspendido tiene una capital
importancia en el funcionamiento de la suspensión, por lo que rebajar el peso
de las llantas es muy beneficioso. La razón por la que los automóviles no
están equipados en la fábrica con estas llantas ligeras es puramente económica.
Otro aspecto importante en la llanta es el dibujo. El diseño
de éste no sólo obedece a un carácter meramente estético, sino que intervienen
dos factores primordiales: de un lado, el perfecto equilibrado de la llanta
(una llanta equilibrada es aquella que tenga el centro de gravedad exactamente
en el eje), para que al girar a velocidades elevadas no aparezca ninguna
vibración. El segundo aspecto es el de permitir la refrigeración de los
frenos. Normalmente, los orificios de las llantas originan un movimiento en
turbina del aire ambiente que permite la refrigeración del sistema frenante.
Hay que tener cuidado con algunos embellecedores de llantas que taponan total o
parcialmente los orificios, reduciendo la capacidad de refrigeración de los
frenos.

Uno de los capítulos sobre los que existe mayor confusión
es sobre las presiones de infiado. Todavía hay quien no sabe que hoy día todos
los neumáticos son de “baja presión” y los que creen que los neumáticos revientan
por llevarlos muy inflados. Intentemos aclarar estos conceptos sobre la presión.
Los neumáticos se inflan a presión para evitar que con el peso del automóvil
los flancos se doblen excesivamente en cada giro de la rueda; cuando se inflan
a poca presión, esta flexión de los flancos genera un enorme calor, que llega a
descomponer las distintas capas de la carcasa y produce el reventón. Así pues, inflemos
siempre a la presión recomendada en el manual por el fabricante; no tengamos
miedo a subir en 0,2 ó 0,3 kg/cm2 si el coche vamos a cargarlo por
encima de lo normal o estamos en época de fuerte calor. Pero comprobemos la presión
siempre en frío y preferiblemente con un aparato de control determinado: o uno nuestro o siempre el mismo, para
evitar errores.
Cada vez van siendo más los fabricantes que disponen
de neumáticos sin cámara. Con ellos, las pérdidas de aire son menos violentas y
normalmente se aprecian cuando aún tiene remedio; pero exigen unas alineaciones perfectas condiciones y los bordilla- rontra las aceras de las ciudades pueden producir pérdidas de presión, y las ruedas están unidas a la estructura y automóvil, al chasis, por fijaciones a ambas que le permiten desplazamientos verticales originados por las irregulari- s del suelo. Pero no basta con que
existan
estas articulaciones; se necesitan “resortes” para evitar que el propio peso
del automóvil mantenga siempre a las ruedas en su posición más baja, y
obligarlas a efectuar un movimiento flexible.
Un “resorte” no es más que un elemento o sistema de elementos que, por el
principio de la elasticidad de los metales, se deforma bajo un peso, pero retorna a su posición de origen o
posición de reposo.
En automovilismo se emplean tres tipos principales de resortes:
muelles helicoidales, ballestas y barras de torsión.
Aprovechando este mismo principio de la compresión de los gases, existe un sistema de suspensión que no utiliza resortes: es la suspensión hidroneumática, que permite, además, alejar de las ruedas los órganos principales que controlan hidráulicamente los desplazamientos verticales y cuyos resultados son: un mayor confort para los ocupantes de los automóviles y el mantenimiento de una distancia al suelo constante, sin influir el peso de la carga.
Aprovechando este mismo principio de la compresión de los gases, existe un sistema de suspensión que no utiliza resortes: es la suspensión hidroneumática, que permite, además, alejar de las ruedas los órganos principales que controlan hidráulicamente los desplazamientos verticales y cuyos resultados son: un mayor confort para los ocupantes de los automóviles y el mantenimiento de una distancia al suelo constante, sin influir el peso de la carga.
Un muelle helicoidal es un
muelle espiral que tiene la particularidad de que cada vuelta va teniendo un
paso más pequeño, con lo que se consigue que la elasticidad sea progresiva:
cada vez menor (es decir, si bajo un peso de 100 kilos se reduce 6 cm., bajo un
peso de 200 kilos no se reduce en 12 cm., si no en 9 cm.).
Otro sistema de resorte es la ballesta:
un conjunto de láminas metálicas, que al recibir un peso se deforman.
La ventaja de la ballesta es que el rozamiento entre las láminas evita el
efecto del muelle, que tiene unas oscilaciones muy largas y una vez cesada la
causa, continúa flexionando durante mucho tiempo. Este efecto es
considerablemente menor en las ballestas.
Por último, esta oscilación más intensa en los muelles y
menos en las ballestas, es prácticamente inexistente en el tercer tipo de
resorte: la barra de torsión: se basa en la elasticidad que tiene una barra
metálica al “retorcerse”. Si fijamos un extremo de la barra a la rueda, en
sentido longitudinal y en el eje de giro de ésta, y el otro extremo de la barra
lo sujetamos firmemente impidiendo la rotación de la barra, cada vez que la
rueda sea sometida a un desplazamiento vertical debido a un bache o
irregularidad, la barra tiende a girar sobre su eje y a “retorcerse”,
amortiguando este movimiento gracias a la flexibilidad del metal, que tiende a
volver a su posición de reposo.
En un vehículo, cuyo peso medio
pueden ser los 800 kilos para el tipo medio-bajo y llegar a los 2.000 kilos
para berlinas grandes, los esfuerzos a que son sometidos los resortes son
brutales, por ello se instalan unos elementos que funcionan bajo el principio
de la compresión de los gases: los amortiguadores. Un amortiguador está
compuesto de un pequeño cilindro lleno de un gas y un pistón que se desplaza
comprimiendo este gas. El amortiguador reduce muy considerablemente el
esfuerzo a que son sometidos los órganos de suspensión, especialmente los
extremos, inferiores y superiores, que debe llegar a suprimir.
Aprovechando este mismo principio
de la compresión de los gases, existe un sistema de suspensión que no utiliza
resortes: es la suspensión hidroneumática, que permite, además, alejar de las
ruedas los órganos principales que controlan hidráulicamente los
desplazamientos verticales y cuyos re¬sultados son: un mayor confort para los
ocupantes de los automóviles y el mantenimiento de una distancia al suelo
cons- tante, sin influir el peso de la carga.
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Comentarios
excelente investigación
ResponderEliminarAhora, usted puede pensar que los analistas estarían preocupados de que el margen de beneficio neto disminuyera considerablemente de 2010 a 2011. Sin embargo, cuando se profundiza, se ve que esto fue el resultado de una única https://theencouragemint.com/banca-de-inversion-ventajas-y-desventajas-del-rendimiento-del-capital-social-frente-a-otras-medidas-de-rentabilidad/
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